La integración sensorial es la organización de las sensaciones. Nuestros sentidos nos dan información acerca de las condiciones físicas de nuestro cuerpo y del ambiente que nos rodea.

Cada día recibimos millones de estímulos que el Sistema Nervioso debe seleccionar, pues muchos de ellos son irrelevantes y debemos inhibirlos para no sentirnos abrumados y poder lograr los objetivos que nos proponemos en cada momento. Vivir sin esta inhibición sería realmente agotador y difícil. Sin ella, no podríamos prestar atención a lo que nos interesa, sino que atenderíamos a diferentes estímulos a la vez, teniendo que realizar un gran esfuerzo por centrarnos en la tarea más simple.

En los niños, la disfunción en la integración sensorial se hace muchas veces evidente ya desde edades tempranas. Debe preocuparnos, pues compromete su futuro éxito escolar, su manera de relacionarse y su autoestima.

“Un niño puede reaccionar inadecuadamente porque comprende la información de manera diferente.”

La teoría de la Integración Sensorial puede explicar la mayoría de los problemas de aprendizaje y comportamiento, exceptuando aquellos derivados de una lesión o enfermedad neurológica. Por supuesto que hay muchos factores que pueden causar fracaso escolar y conductas problemáticas, pero según los expertos, el 70% de estos casos están relacionados con disfunciones en la integración sensorial. La conclusión es que estas disfunciones sensoriales están detrás de la mayoría de los casos de déficit de atención, dislexias, disgrafías, dificultades con las matemáticas, la conducta, el desarrollo y la descoordinación motriz, la hiperactividad, la mala inserción social, disfunciones relacionadas con el autismo o problemas con la alimentación.

Objetivos
  • Proveer al niño de información sensorial que le ayude a organizar su
    sistema nervioso central.
  • Asistir al niño a inhibir o modular la información sensorial
  • Ayudar al niño a procesar una respuesta al estímulo sensorial más
    organizada.