El Concepto Le Metayer o Educación Terapéutica es un enfoque de trabajo para los niños con parálisis cerebral nacido en Francia, que tiene como fin enseñar al niño una forma más eficaz y eficiente de moverse, sosteniendo que para que pueda darse este aprendizaje es imprescindible la repetición y la motivación. Por ello, el juego ocupa un papel fundamental en la reeducación, puesto que el niño podrá reconocer y comprender fácilmente cada situación de reeducación y será capaz de valorar él mismo la calidad  de su acción. De este modo se establece un vínculo muy positivo entre el terapeuta y el niño, permitiendo que el primero pueda tener un nivel de exigencia adecuado a su paciente y éste se sienta motivado para lograr los nuevos retos que se le propone.

La técnica puede concretarse en estos puntos:

  • Valoración del nivel de desarrollo neurológico del niño con enfermedad motriz cerebral, definiendo, en cada niño, el esquema neurológico patológico predominante.
  • Análisis factorial como uno de los puntos de valoración y examen motor para determinar rigideces, control de las reacciones a los estímulos exteriores, observación en reposo y en movimiento.
  • Examen del mantenimiento postural, que informará sobre las debilidades y defectos de organización motriz.
  • Ejecución de maniobras de movilización que permitan obtener un estado de descontracción completa.
  • Intentar conducir al niño a recorrer los diferentes niveles de evolución motriz esenciales para la adquisición de los esquemas motores normales, unidos a las diferentes reacciones estáticas, reacciones de enderezamiento y de equilibrio.
  • Valoración biomecánica en busca de posibles contracturas, deformidades instaladas o posibles, así como la confección y colocación de sistemas de adaptación (escayolas) para ayudar al niño a mejorar la función en las actividades de la vida diaria y para prevenir las alteraciones musculoesqueléticas derivadas de las fuerzas musculares anormales.
  • Examen funcional de la locomoción, juego, aseo, alimentación, vestido y sedestación, que permita determinar el nivel de autonomía en las diferentes actividades.
  • Valoración de los trastornos asociados: vista, oído, sensibilidad, alimentación trastornos gnósticos, organización de la gesticulación y prensión, etc.